Fuera de Juego


Los babilonios se entregaron al juego. El que no adquiría suertes era considerado un pusilánime, un apocado. Con el tiempo, ese desdén justificado se duplicó. Era despreciado el que no jugaba, pero también eran despreciados los perdedores que abonaban la multa.


La lotería en Babilonia

Ficciones; 1944


Aterrizaje

Y por fin, las ruedas del avión tocaron fondo,
tocaron tierra.


Se arrastran por el pavimento duro,
áspero y mojado.


En las ruedas del avión estoy descalzo,
y el asfalto me frota las plantas
y me lima los huesos:
me desgarra
la carne,
me descose
las vértebras.

El instante no tarda,
pero es infinito:
como si la calle fuera a tragarme con lentitud
y duda,
como reparando en cada porción
infinitesimal
de mi medio cuerpo,
reparando
en cada paradoja.


Cuando se detiene descubro
perplejo
que aun tengo manos
y medio torso sobre el asfalto;
y descubro también que
la humedad
de la pista es mi sangre marchita,
y mi esperma.