El primer capítulo/cuento de W (José Miguel Sánchez (Yoss);Letras Cubanas;1997) transcurre inicialmente en una fiesta en Miramar. Esa noche de sábado y en medio de la fiesta está «...la tribu de inefables fieles a las películas del sábado siguiendo en uno de los cuartos las peripecias de Rutger Hauer tratando de evadirse de una sofisticada prisión donde los reclusos llevan collares explosivos de diabólico mecanismo.»
Más acá de la ficción en sí... (que esta reflexión no intenta hacer METACRITICA literaria de la obra en cuestión) recuerdo que mientras leí por primera vez el libro, y particularmente esa frase, me sentí (como lector) muy cerca a la escena; y de cierta manera hasta casi parte de la escena:
No sé porque extraña razón yo recordaba exactamente el momento en que un sábado a la noche pasaron esa película (que ahora sé que se llama Peligrosamente unidos (Wedlock); 1991). Yo puedo perfectamente recrear en mi cabeza esa noche, tan común a otras noches de sábado; e independientemente de que lo narrado en W es una ficción (todo aquel que conozca la obra de Yoss o conozca personalmente a Yoss que saque sus propias conclusiones) yo de alguna manera me siento partícipe de ésa historia... de ésa noche... de ése sábado. Aunque quizás lo narrado no halla sucedido, y la fiesta hubiera sido un martes a la tarde en el turquino... ése sábado con ésa película existió y yo lo viví.
Esto me lleva entonces a lo narrado por Omar en su última entrada, sobre todo en la parte que en que Antuña, en el programa En el jardín de la noche pasa música New Wave y a las tres de la mañana un minirecital de The Doors... y una vez más no puedo evitarlo... ésa noche yo estaba en mis perras noches de insomnio, oyendo Radio Taíno y leyendo cualquier bazofia.
Cuan raro, cuan triste y cuan bello es poder compartir este tipo de recuerdos, fragmentados y esparcidos entre tanta gente; recuerdos con los que tratamos de reconstruir(nos) la ciudad toda, la vida entera y la isla infinita.
Más acá de la ficción en sí... (que esta reflexión no intenta hacer METACRITICA literaria de la obra en cuestión) recuerdo que mientras leí por primera vez el libro, y particularmente esa frase, me sentí (como lector) muy cerca a la escena; y de cierta manera hasta casi parte de la escena:
No sé porque extraña razón yo recordaba exactamente el momento en que un sábado a la noche pasaron esa película (que ahora sé que se llama Peligrosamente unidos (Wedlock); 1991). Yo puedo perfectamente recrear en mi cabeza esa noche, tan común a otras noches de sábado; e independientemente de que lo narrado en W es una ficción (todo aquel que conozca la obra de Yoss o conozca personalmente a Yoss que saque sus propias conclusiones) yo de alguna manera me siento partícipe de ésa historia... de ésa noche... de ése sábado. Aunque quizás lo narrado no halla sucedido, y la fiesta hubiera sido un martes a la tarde en el turquino... ése sábado con ésa película existió y yo lo viví.
Esto me lleva entonces a lo narrado por Omar en su última entrada, sobre todo en la parte que en que Antuña, en el programa En el jardín de la noche pasa música New Wave y a las tres de la mañana un minirecital de The Doors... y una vez más no puedo evitarlo... ésa noche yo estaba en mis perras noches de insomnio, oyendo Radio Taíno y leyendo cualquier bazofia.
Cuan raro, cuan triste y cuan bello es poder compartir este tipo de recuerdos, fragmentados y esparcidos entre tanta gente; recuerdos con los que tratamos de reconstruir(nos) la ciudad toda, la vida entera y la isla infinita.