In Memoriam


FÉLIX ARENCIBIA; 1939 - 2007

Si alguna vez fui Fotógrafo, se debió gracias a él y a su pasión por la enseñanza. Había que seguirle el ritmo, Félix nunca fue de esperar por rezagados; pero su ritmo era tan natural, que con su paciente entusiasmo nos empujaba a todos juntos sin darse cuenta. Y ésta es creo yo, la cualidad que distingue su estirpe de Maestro, porque no sólo su maestría la demostró con su obra fotográfica, sino con la enseñanza a generaciones de Fotógrafos que fuimos formados bajo su tutela.

Félix dominaba la técnica como ninguno, y aun así te enseñaba con la dedicación y la humildad del maestro de primer grado que te enseña a leer, a proveerte de las herramientas necesarias para descubir otros mundos. Herramientas que recordarás y aplicarás por el resto de tu vida. Félix hablaba de foto tatuajes, imágenes que quedan grabadas en el recuerdo de las personas, y no se si sabía (y si lo sospechaba nunca lo dijo, seguramente por prudencia) que el más profundo y eficaz tatuaje, el más indeleble, es aquel que se enseña en un aula y se practica en la calle. Y Félix era eso, un artista del tatuaje.

El próximo 14 de julio se cumplen tres años de la muerte de Félix, de la cual me enteré hace poco tiempo. Sirva estas pequeñas y apenas coherentes letras como sincero y tardío homenaje a un hombre tan grande como Félix, que quería ser recordado primero como amigo, y después como maestro. Que fue mi amigo apenas un instante de una fugaz tarde revelando blanco y negro y tomando en un horrible ron con café en Marianao, pero será mi maestro toda mi vida.


1 comentario:

Lisetg dijo...

Amen