homenaje


Hoy Buenos Aires ha amanecido con una niebla londinense, y sé que te hubiera gustado sentirla condensada en tu traje y tu bastón; y sé que muy a pesar de no poder verla, te hubiera gustado no por londinense ni por inglesa, sino por todo lo contrario: por lo endémico y a la vez universal de estas pequeñísimas gotas de agua que vaporizadas en el aire, me empañan la pantalla mientras escribo, y me recuerdan que la lucidez y la claridad no dependen de física alguna.
Quiso el destino que murieras un 14 de junio de hace veinte años y quiso esa suerte de Yoko Ono de la literatura que es la Kodama que lo hicieras en Ginebra. Mirá que venir a morir el mismo día en que años antes nacía el rosarino más famoso del mundo: Guevara. Por otra parte el espacio, ese otro (o el mismo) implacable, la distancia, me impide depositar ¿una flor? ¿una piedra? ¿una lágrima? sobre tus restos (primitiva actitud) ; así que marche, desde tu Buenos Aires, este breve e insignificante homenaje.
De que otra manera justa podría si no es citándote en tres frases (geniales seria redundar, ya he dicho que son tuyas) que por estos días me carcomen:

"El infierno y el paraiso me parecen desproporcionados, los actos de los hombres no merecen tanto"

"La aristocracia y el pueblo propenden al fanatismo" (o el porqué se declaraba de clase media)

"Para mí la democracia es un abuso de la estadística. Y además no creo que tenga ningún valor. ¿Usted cree que para resolver un problema matemático o estético hay que consultar a la mayoría de la gente? Yo diría que no; entonces ¿por qué suponer que la mayoría de la gente entiende de política? La verdad es que no entienden, y se dejan embaucar por una secta de sinvergüenzas, que por lo general son los políticos nacionales. Estos señores que van desparramando su retrato, haciendo promesas, a veces amenazas, sobornando, en suma. Para mí ser político es uno de los oficios más tristes del ser humano. Esto no lo digo contra ningún político en particular. Digo en general, que una persona que trate de hacerse popular a todos parece singularmente no tener vergüenza. El político en sí no me inspira ningún respeto. Como político."

1 comentario:

el cubano de la isla dijo...

Borges era un loco genial, te tomo prestada la última de las citas para "engancharle" un post.