Libros y Ferias


En las vísperas de la feriado del 1º de Mayo, y aprovechando que a partir de las 21:00 hs del 30 de abril, y hasta las 02:00 hs del día siguiente la entrada a la Feria del Libro de Buenos Aires sería gratuita, me he dado una vuelta, luego de 5 años de mi primera (y última) visita la feria. Recuerdo que en aquella ocasión, recién llegado (llevaba apenas 5 meses fuera de Cuba), no me sorprendió demasiado la inmensa superficie y los libros infinitos. La bruma, ya la había sentido en una pequeña librería sobre la Av. Cabildo, al ver todos juntos, los libros que siempre quise leer (y que aun no he leído).

Hace cinco años visite uno por uno casi todos los stand, curioso pero tranquilo, y al llegar al stand de Cuba, compré dos libros: la edición de Letras Cubanas de La isla del Cundeamor, de Vázquez Díaz y Adiós Muchachos, la noveleta de Chavarría que le valió el Edgar en el 2002. Recuerdo que eran bastante caros, en relación con otros libros de más renombre. Pero en general los libros cubanos, son caros (intuyo que es la única oportunidad que tienen los autores que sus libros se vendan en divisas; aunque ni el Peso Argentino es una divisa, ni Vazquez Diaz ni Chavarría necesitan de esa oportunidad, pero se entiende lo que digo).

Los dos libros me salieron algo más de 60 pesos (unos 20 dolares, al cambio de la época, y casi también al actual, que podrá parecer barato, pero no lo es de ninguna manera). No me apetecen demasiado las comparaciones, pero me he dado el disgusto de encontrar que Ficciones y El Aleph se consiguen hoy en una edición de similar calidad a 19.50
pesos, (unos 6 dólares) cada uno, sin tener en cuenta que aunque el dolar siga casi igual, la inflación es galopante.

Entiendo a la hora de determinar el precio de un libro, la calidad literaria, no siempre es un factor determinante (aunque a fin de cuentas, ¿quién la puede determinar con certeza?). Muchas veces el renombre y la fama del autor son factores de más peso; y muchas veces el marketing puede generar todo un segmento de mercado que demande cierto tipo de literatura "barata" con la que venden libros a un alto precio (y no sólo me refiero al precio que deben pagar los incautos en moneda más o menos dura, sino aun peor, al precio que paga la cultura por la proliferación de esa bazofia)(y sí, me refiero a Coelho). No obstante, creo que es una aberración que un Vázquez Díaz y un Chavarría cuesten más que dos Borges y creo también que Rene y Daniel estarían eventualmente de acuerdo conmigo. ¿Debe ser el valor literario proporcional al costo monetario de un libro? La verdad es que no sé, pero es como para pensarlo; aunque como casi siempre sucede, si algo cambia, será para peor, y terminarán aumentando los libros de Borges tantas veces como crean que vale más que un Daniel o un René.

El fenómeno por supuesto no es exclusivo de los libros editados por editoriales cubanas. Pero este año, un libro de Chavarría en el stand de Cuba, costaba 45.00 pesos. De más está decir que
aunque disfruto mucho leyéndolo a Daniel, no se el título porque no lo compré. Lo gracioso, es que en un stand de un distribuidor de Libros, estaban las ediciones de Alfaguara y de Planeta de La fábula de José de Eliseo Alberto, y de Jineteras de Amir Valle respectivamente, los dos juntos me salieron más baratos que un Borges y para no herir susceptibilidades no diré cuanto.

Tener que privarme por el alto precio del nuevo libro de Chavarría no me indignó (a fin de cuentas Borges nunca ganó un Edgar); pero encontrar que en el stand de Cuba habían sólo dos o tres libros nuevos, entre varios estantes de libros viejos y/o usados (si, USADOS), fue deprimente. Para colmo, entre el stand de Cuba y el stand de la
editorial Nuestra América (que intuyo es la encargada de montarlo y atender al público) no estaba dividido y en un momento, los libros cubanos se mezclaban y confundían con las ediciones de está editorial. La imagen que trasmitía, era como que estábamos de prestado, y para colmo habíamos traído toda una caterva de libros viejos que no íbamos a vender ni para relleno sanitario.

No esperaba un stand última tecnología, mucho menos un stand como el de la Embajada de EEUU, con astronautas y discovery's (que nada aportan al evento en sí). Pero algo sencillo, pero sobrio y de buen gusto, podría transmitir una mejor imagen que estantes con libros desordenados, viejos y usados, donde se venden al por mayor afiches de la Revolución. Y pensar que este año Cuba cumple 25 años en la Feria, y que las actividades de la Embajada giraron en torno a tan magno aniversario.

Dejo, aun triste, un par de links de las actividades de Cuba en la Feria. Lamento no tener fotos, aunque pensé sacar la cámara para fotografiar un ejemplar de Cimarrón de Barnet a 15 pesos.

http://www.embacuba.com.ar/Pnoticias/infNOTICIAS/notcult6.htm

http://www.el-libro.org.ar/34feria/programa/busqueda.asp




2 comentarios:

Omar Rodríguez dijo...

Que bien leerte... Entre tanto entusiasta de no se cuants cosas absurdas y grandilocuentes (cada vez leo por ahi más sustantivos femeninos abstractos. Cada vez que leo en un blog sobre ¿Cuba? la palabra "Libertad" se ne revuelven las tripas con tanta cháchara hueca)

En fin, que siempre me alegra leer una reflexion pausada y realista sobre la realidad nuestra...

Un abrazo

PapasxMalangas dijo...

Amigo mio te cuento que este fin de semana comenzó la "Feria del Libro de Madrid" y aunque no he ido aun ya me comentaron que lo de Cuba daba pena, lástima y ganas de llorar. Un abrazo grande.