En las postrimerías de mi viaje, (y cuando entre cubanos emigrados, decimos, mi viaje, sabemos que estamos hablando de El Viaje) una costumbre recurrente era, al salir del trabajo a altas horas de la noche e ir caminando un kilómetro y medio hasta la CUJAE para coger la 190, (perdón, pero las guaguas no se toman, ni se agarran, se cogen así no más) era ir fijando momentos, decirme a mi mismo: Cuando esté afuera, recordaré este momento, este preciso instante, no necesito anotarlo porque queda grabado este momento como si fuera un momento único.
Era una pobre y triste manera de mitigar la roña causada por la impotencia causada por la burocracia, el papeleo y el trauma que implica irse de Cuba (por la vía que sea). Fueron muchos los momentos únicos, aunque reconozco que algunos más traumáticos serán imborrables.
Irse de Cuba es un proceso complejo, que depende de múltiples factores y que en ningún caso responde a ningún patrón o posibilidad de catalogar las distintas maneras de Irse; desde las vías sean marítimas o aéreas, hasta los años vividos (o no), y la familia que uno deja. Influye también el por qué, y porque no, el por cuánto. Influye la esperanza y el hastío, la desdicha y la fortuna, la suerte y el osorbo... Pero al fin, muchos (no todos) hemos conseguido tras perseverar en nuestro empeño, saltar el gran charco de agua que nos a - isla del mundo.
Y rememorando puedo recordar esos momentos grabados, la tarde cuando hice mi pasaporte, cuando fui a buscar la carta de invitación a consultoría jurídica, la indescriptible mañana en que me dieron la visa, ya con el pasaje en la mano, con fechas que se postergaron dos veces, las idas y venidas a la Oficina de Inmigración y Extranjería, la inolvidable tarde en que me dieron el Permiso de Salida, el insoportable atardecer del domingo en que me fui... Lo que no recuerdo aun es el regreso... y es que hoy me he dado cuenta, de que regresar es parte de Irse, y quizás es ese el por qué de mi intranquilidad a veces... Y es que aun no me he ido de Cuba, aun vivo rodeado de agua con el insoportable sopor tropical a cuestas.
Y es que quizás necesite Volver, para acabar de Irme...